La etapa universitaria es un periodo clave para el desarrollo y la formación de un estudiante. Y no solo a nivel intelectual, sino también personal y conductual. Por ello, en este blog dedicamos artículos a cuestiones tan importantes para todo joven como la confianza en uno mismo o la asertividad. En este caso hemos elegido otro muy importante a la hora de interrelacionar con los demás: la expresión corporal. Aquí te damos algunas pautas sobre este tema que te ayudarán a saber cómo entender el lenguaje corporal de otras personas.
La expresión corporal: qué dice de nosotros
El lenguaje corporal dice mucho de una persona, hasta tal punto que algunos expertos creen que se expresa más información sin palabras que con ellas. De esta manera, se puede delatar a un mentiroso, anticipar una reacción violenta, denotar atracción por otra persona o revelar un estado de tristeza que la persona desea ocultar deliberadamente, por citar algunos ejemplos.
Por ello, es objeto de estudio de cara a muchas profesiones. Por supuesto, por los psicólogos en general, pero más especialmente los psicólogos forenses en el contexto de investigaciones policiales e interrogatorios, por ejemplo. También es objeto de atención por parte de profesionales de la seguridad privada, de la docencia, de la interpretación y del coaching, por ejemplo. De hecho, existe una disciplina que engloba todo este saber: la kinésica.
En líneas generales, la expresión corporal de un hombre y la de una mujer siguen los mismos códigos, aunque algunos expertos ven diferencias en la comunicación verbal de unos y otras. Veámoslo con más detalle.
Lenguaje corporal masculino
Son muchas las emociones y estados de ánimo que puede mostrar el lenguaje corporal masculino, pero casi todos ellos se podrían agrupar en dos esferas: el agrado y el desagrado. Por lo general, un hombre siente agrado hacia otra persona cuando relaja su gesto facial y levanta ligeramente las cejas de manera recurrente. Por supuesto, mantener la mirada es también señal de atención positiva.
Algunos expertos van más allá y hablan de otros gestos involuntarios e imperceptibles, como ladear ligeramente la cabeza hacia el lado izquierdo o tener las pupilas ligeramente dilatadas. E incluso hay quien considera que es sinónimo de atracción física el hecho de demostrar ciertos tics de nerviosismo, como acariciarse inconscientemente o jugar con los botones de la camisa.
En cambio, se puede considerar señal de desagrado el hecho de mantener las cejas en posición baja, lo que a menudo se considera el ceño fruncido, y más aún si la mirada se posa poco o nada en los ojos del otro interlocutor. Lo mismo ocurre cuando se interponen barreras, conscientemente o no, con la otra persona. Por ejemplo, cruzar los brazos, que se considera un gesto instintivo de defensa.
Lenguaje corporal femenino
Prácticamente todas las indicaciones anteriores son válidas para el lenguaje corporal femenino. Pero en el caso de las mujeres, los tics de nerviosismo pueden presentar algunas variaciones, como por ejemplo los gestos tendentes a corregir detalles estéticos, como el maquillaje o el peinado.
Importante es también el tema de la ‘invasión’ del espacio vital o espacio personal, ese que necesita una persona para sentirse a gusto con quienes le rodean. Cierto es que esto, en el contexto de las medidas sanitarias por la Covid-19, ha variado mucho. Pero aún así resulta de especial interés en una mujer, sobre todo si interactúa con un hombre: es ella la que debe tener el dominio de esta situación, y de hecho la violación de ese espacio se puede considerar una forma de acoso. Además, de manera inconsciente o no, la mujer suele establecer una distancia mayor en situaciones de defensa o desagrado, pero en situaciones de agrado o incluso de atracción reduce considerablemente esa distancia según su criterio, pudiendo efectuar una sutil inclinación hacia adelante.
Cómo interpretar el lenguaje corporal
Son muchas las claves que entran en juego a la hora de interpretar la expresión corporal. Algunas de ellas pueden ser descifradas por medio del instinto o del sentido común, pero hay otras que solo son comprensibles para alguien que ha estudiado a fondo esta materia.
Por ello, quienes deseen ahondar más en esta disciplina pueden formarse en psicología, ya sea mediante el Grado genérico o mediante un Máster más específico. También es posible encontrar pequeños cursos sobre kinésica que, aunque no tengan un valor ‘oficial’ como los otros, sí pueden ser muy útiles para saber más sobre la comunicación corporal.