Hacer una carrera no es obligatorio, pero sí totalmente recomendable. Es una etapa que te marca para toda la vida. Y, por supuesto, te enriquece tanto a nivel personal como a nivel laboral. En este post te contamos las ventajas de ir a la universidad, que terminarán de decantar la balanza de su lado si aún tenías alguna duda. Si se te presenta esta posibilidad, ¡no la desaproveches!
Las 4 grandes ventajas de ir a la universidad
Son numerosas las razones personales que te pueden llevar a matricularte en una carrera. Pero hay cuatro ventajas de ir a la universidad que destacan por encima de todas y que te contaremos a continuación: formación para un empleo mejor, independencia fuera de casa, amistades nuevas y descubrimiento de otros lugares.
1. Formación superior, empleo superior
Aunque puede haber excepciones que confirmen la regla, la formación superior suele ser sinónimo de empleo de calidad. Es decir: una de las ventajas de ir a la universidad es que las profesiones a las que da acceso tienen menores tasas de paro y remuneraciones más elevadas. En concreto, los sueldos de los titulados universitarios son un 57% más altos que la media y la tasa de ocupación ronda el 85% (por el 76% de los titulados en secundaria), según estimaciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
De hecho, las universidades tienen acuerdos especiales con empresas estratégicas del sector, por lo que en los últimos años de carrera podrás realizar tus primeras experiencias profesionales y quién sabe si iniciar en ellas tu trayectoria laboral definitiva. Por tanto, bien se puede decir que el dinero y el esfuerzo que emplees en un grado es una inversión para tu futuro.
2. Una primera experiencia fuera de casa
Hay muchos estudiantes que tienen su facultad cerca del hogar familiar. Pero no todos tienen esa suerte… O no quieren tenerla. De hecho, es muy común que iniciar una carrera universitaria sea también la mejor ‘excusa’ para vivir una primera experiencia fuera de casa. Y esa decisión está también llena de ventajas, entre ellas conseguir la soñada independencia en un nuevo alojamiento, como las residencias de estudiantes de Collegiate AC o los pisos compartidos que se alquilan en las ciudades.
Una independencia que, además, puede ser también económica si logras estudiar y trabajar a la vez durante la carrera o, mejor aún, si consigues una beca que sufrague tus gastos durante estos años. Organizar tu propio presupuesto es toda una responsabilidad pero, por encima de ello, es lo que de verdad te dará la ansiada libertad.
3. La mejor forma de conocer gente interesante
Otra de las ventajas de ir a la universidad y, más aún, de residir junto a otros estudiantes, es la de conocer gente. Y no gente cualquiera, sino jóvenes de tu misma edad, con tus mismas inquietudes y tus mismas ganas de hacer amigos. Los podrás encontrar en clase, en las actividades que se realizan en la facultad o en el día a día de la residencia, donde también se organizan fiestas y otras experiencias en los espacios comunes.
Por todo ello, las amistades que se hacen durante la carrera son a menudo las más enriquecedoras y duraderas, las que más huella dejan y las que se viven con mayor intensidad. Y, en ocasiones, se convierten en algo más: futuros compañeros de trabajo o, por qué no, ¡parejas para toda la vida!
4. Una ocasión única de conocer mundo
Entre las ventajas de ir a la universidad también se puede citar la de conocer mundo. Y por ‘mundo’ no entendemos sólo ‘otros países’ (lo cual podrán experimentar los estudiantes extranjeros que cursen carrera aquí), sino también ‘España’. Como podrás comprobar durante tus años de carrera, son muy habituales las excursiones que se organizan por la región en la que te alojes, así como las escapadas a otros rincones del país durante el fin de semana. Y de esa manera, podrás descubrir lugares que hasta ahora sólo habías visto por la tele o en redes sociales, con los mejores compañeros de viaje que podrías reclutar: tus amigos.
¿A qué estás esperando para vivir esta experiencia única? 🙂